Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



domingo, 25 de julio de 2010

Una propuesta de refresco




El tijeretazo que se aplica a cada cuatro funcionarios viene a ser igual que el importe del PRODI, esa paguita de 420 euros que alguien ha tenido a bien disponer como el último de los recursos para los desempleados/as. Es mi único consuelo, pensar que la estrechez de mi familia al menos puede servir para la subsistencia de otra. La solidaridad sólo se vive en estos niveles, aunque, alguien para denigrar nuestra acción, ha tenido la ocurrencia de hacerla Real Decreto.

El resto de los mortales acomodados, empezando por los que ocupan escaños y terminando por los que se sientan en los grandes consejos de administración, debaten y pontifican hasta el denuedo sobre la gravedad de la crisis y sus ocurrentes soluciones, en las que casualmente siempre son los otros, curiosamente los más desprotegidos, sobre los que ha de recaer el peso del solvento.

La enorme avaricia de unos ligada a la desfachatez de los que no tuvieron reparo en endeudar a las administraciones públicas con tal de seguir ejerciendo su mezquino poder nos ha llevado a esta nefanda situación. Y como hasta el más tonto puede hacer propuesta, ahí va la mía: que cualquier político que lleve más de un año cobrando del erario público ( sea del gobierno o de la oposición) marche a casa a disfrutar de su merecido descanso y se dedique a sus menesteres privados. No es por ahorrar en trienios, está demostrado que hay que cambiar en profundidad y con los de siempre eso es imposible. Estoy seguro que la “bisoñez” de los suplentes sería un activo en lugar de una carencia.