Al principio...


Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.



miércoles, 15 de mayo de 2013

Airados




Parece evidente que una gran parte de nuestras cuitas y pensamientos vayan dedicados a la lamentable y en algunos casos dramática,  situación o tiempo que nos ha tocado vivir. La cuestión no es sólo el empobrecimiento que venimos acusando las clases medias y las aún menos pudientes, lo alarmante del momento es que, a nuestros hijos, a la próxima generación, no solamente están siendo unos mas que comparten nuestro penoso destino, sino que, además sus perspectivas de futuro resultan aún menos halagüeñas.

Hasta hace más bien poco y por regla general no nos hemos preocupados en demasía de aquellos que ejercen la política y administran los recursos públicos. De un tiempo a estar parte y alarmados por los innumerables escándalos de los que son protagonistas hemos empezado a mirarles con recelo. Y ciertamente parece no incomodarles mucho nuestra desconfianza, a lo más justifican su mediocridad o falta de ideas, con discursos airados que pretenden ser replicas de los que legítima y dignamente manifiestan su INDIGNACION.

Hartos, más que hartos estamos de discursitos airados, vacíos de contenido, construidos sobre el “tu más” (tu eres más chorizo). Hartos estamos de los instalados en las múltiples poltronas sin haber hecho mérito alguno, sin haber destacado en lo más mínimo, sin una buena idea o propuesta válida que echarse a la boca. En otros tiempos, a toda esta pandilla de vividores se les podía mantener, ahora, en tiempos de optimizar recursos, hay que mandarlos a su casa. Si a su casa, porque muchos de ellos no tienen trabajo al que regresar, porque no se les conoce oficio ni beneficio. Y ahora me pregunto ¿Qué les vimos, porqué les votamos y re-votamos, si nunca, jamás nada de nada acreditaron? . Que se vayan ya, a hurtadillas y por la puerta de atrás, al menos podrán librarse del bochorno de dar explicaciones por su incapacidad, por su indolencia, por su despotismo, por su soberbia o por su abundantes puestas en escena haciéndose las víctimas. Que se vayan, prefiero a un joven recién llegado, desconocido, sin experiencia, antes que a los experimentados en fracasos y expertos vividores de tres al cuarto. 

Más pastores menos funcionarios.




Está visto que nos pongamos como nos pongamos, al final los funcionarios nos llevamos la “gañafá”, como diría mi abuelo. Fuera de bromas, no creo que el Papa pretendiera ponernos a los funcionarios tal como por lo visto es la última moda entre los gobernantes: a parir y hacernos culpables de hasta la muerte de Viriato. Considero a este un hombre serio y honesto, y cuando establece esa distinción es por que quiere algo distinto a lo que quizá esté harto de ver. Aunque se me antoja peliagudo. Por ejemplo, los funcionarios o servidores públicos, somos los que velan por el cumplimiento exacto de las normas que otros promulgan, nuestra virtud está en esa exacta observancia. No nos cabe interpretaciones ni alegrías varias, a los pastores, por el contrario, creo que el Papa les exige arriesgar, improvisar, entregar la vida por el rebaño y no estar pendiente de otros celos y otras obediencias. Al pastor se le exige estar al frente, hacerse cargo de las necesidades de aquellos seres que están a su custodia, a los funcionarios no nos dejan saber de las necesidades de los administrados, dicen que hay que recortar en salud, en educación y esa es la norma, esa es la directriz y no tenemos otros márgenes para con nuestro trabajo. Cuando el Papa quiere pastores, subvierte el orden jerárquico, os llama a la rebelión pacífica dentro de la Iglesia, prioriza las necesidades del mundo, de la comunidad eclesial sobre las de la jerarquía eclesial. ¡Tened cuidado con este Papa!

Hoy no me puedo levantar.


Levantarse aún de noche a trabajar, deprime. Si encima te han hurtado una hora de descanso y has pasado la noche en duermevela por el inquietante ruido del viento y la lluvia, se hace más que evidente que emprender el lunes es tarea grave. Aunque es más preocupante el ánimo depresivo con el que una buena mayoría retomamos el cotidiano reto laboral. No obstante, a Dios gracia, si es que tenemos reto laboral, porque ya sabemos que nuestra provincia ha superado el 40% de parados y a ellos si que les habrá costado rebuscar en lo más hondo de su ser un mínimo de energía para, un día más, tirarse a la calle al encuentro de tan preciado tesoro, un trabajo.

Me cuesta trabajo recordar si hubo algún día de entusiasmo colectivo, algún día en el que volcábamos toda nuestra energía y entusiasmo por el crecimiento económico de nuestro país y nuestra correspondiente cuota de bienestar. Pero sí, parece ser que los hubo. Ayer en la reposición de un conocido programa de televisión, hablando del espejismo económico o la burbuja inmobiliaria, explicaba un antiguo responsable del gobierno de la nación la dejación político que se observó sobre este asunto. Decía que hubiera sido como cortar la música en medio de una gran fiesta. Pues sí, es probable, aunque yo, al igual que miles y millones de personas no bailábamos, en todo caso servíamos copas, limpiábamos mesas o estábamos presto a “oído cocina”.. O sea nos limitábamos a trabajar cada uno en su oficio por un sueldecito digno y fiestas las justas, oiga.

Si hubieron de los que se pegaron la gran fiesta, ya los vemos como poco a poco se retratan: políticos, banqueros, empresarios de postín. Mucho listo que no inteligente, mucho desaprensivo que no decente, mucho ambicioso que no solidario.

¡Que trabajito me cuesta emprender la semana! Aunque quién dijo que la supervivencia es entusiasta ? 

lunes, 1 de abril de 2013

Religión en las aulas




No están los tiempos como para “no hacer nada”. En efecto, me parece un insulto para la inteligencia y una falta de respeto para el ser humano hurtar de cualquier proceso pedagógico, conocimientos y experiencias que ayuden a formar a seres humanos con aspiración a ser personas. Algunas de las caricaturescas alternativas habidas a la asignatura de la religión no hacen a esta buena,. al igual que desafortunadas experiencias, especialmente del pasado reciente, hacen mala a ésta. La asignatura de Religión en mi bachiller fue impartida por el sacerdote Carmelo Iríbar, y mi recuerde de él es entrañable. En un Colegio duro, como él ya desaparecido San Agustín en Jaén, este hombre portaba y transmitía valores dignos de encomio y los envolvía y explicaba desde la fe católica. No todo el mundo puede contar experiencias positivas, pero aunque así fuere, no sería legítimo hurtar a nuestros niños y jóvenes de la formación religiosa. Aunque no estaría de más una generosa revisión de los contenidos de aquellos que –tanto desde la laicidad como desde lo religioso- pretenden, de buena fe, ofrecer una robusta formación a nuestros jóvenes. Todo menos la improvisación, la ocurrencia o la negligencia. Tenemos un pasado rico en experiencias, donde la religión ha hecho mucho por la formación, quizá sea el momento de devolver el favor. Claro que, hasta para recibir, hace falta ser muy generoso.

PROPUESTAS VITALES PARA SALIR DE LA CRISIS.




Hace algunos años me sorprendió hasta la perplejidad un juego de “rol” con el que se divertían unos chicos. el usuario tiene un reto por delante: conquistar o ganar algo y vencer obstáculos, ya sea “matando zombies” o superando otro tipo de inconvenientes. A lo largo del juego se dispone de una serie de “armas” o “refuerzos” que facilitan el progreso del protagonista. Cual mi sorpresa, los recursos extraordinarios no eran otros que paquetes u objetos que simbolizaban la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Sí, las virtudes cardinales. De la sorpresa a la comprensión.

En efecto, las virtudes forman parte del contexto religioso, lo extraordinario, en este caso, es haber transcendido el mismo de forma tan peculiar. Atisbo cierta avidez de ir al encuentro de valor, ojala o quede sólo en el estadio de lo épico. Tal como está el patio (les ahorro referencias) es preciso poner de relieve ya sea virtudes o actitudes que hagan de la vida de los jóvenes y adultos algo digno de ser vivido. Los referentes y los valores siempre son importantes. Salvando las distancias, algunos juegos de rol aspiran a ser actualizadas novelas épicas. Aunque la cuestión, a mi juicio, es que siempre habrá quién busque una vida más recia y no se resigne al panorama actual donde las “armas” del juego son la hipocresía, la corrupción, la avaricia y la perversión.

Escéptico, que no descreído.




Ante tesituras como esta me tienta empezar invocando esa última escena de la película Blade Runner:. “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. ....” En efecto he visto cosas que me hacen ser tremendamente escéptico. Me gustaría creer en algunas mínimas bondades. ¿Quién se resistiría a tu propuesta “por una educación libre, gratuita y de calidad”? Yo desde luego que no. Respecto a la economía de costes, ambos sabemos que no es el fondo del asunto. Sobre la elección del colegio concertado o público en función de la instrucción académica de los padres. Mis hijos han estado en ambas opciones. La decisión adoptada en mi familia, han estado relacionadas con la proximidad del centro escolar, a sabiendas -claro está- que el centro era gratuito y los profesores gente seria y comprometida con su oficio. Y sobre esta última cuestión, creo estar en condiciones de opinar que los maestros -por lo general, y de Jaén, que son los que conozco- así lo son. ¡Ah! y vuelvo a lo anterior: si papa y mama con formación universitaria no envían a su niño -que digo yo- a un colegio público situado en el Barrio de la Magdalena, estoy seguro que es simple y llanamente porque no es su entorno vecinal próximo, aunque el colegio fuera una maravilla (como me consta los hay). Por el contrario, un vecino de este barrio no tendría inconveniente alguno -si así se lo autorizaran- a enviar a su niño a la otra punta de Jaén. Seguro que nuestros amables lectores poseen la conclusión al enigma. Termino. El fondo de la cuestión, en parte, tu lo expresas, es de gestión y yo añadiría, de credibilidad de nuestros líderes políticos y religiosos. ¡Ah! Ojala la discusión fuera por motivos ideológicos, éticos o de fe.

Desempleo juvenil


Hacer un par de días Eurostat, la oficina estadística europea, una vez más, aumentaba las
razones para la angustia y pesimismo. E desempleo juvenil sigue en alza: en España, el 57,6% de los menores de 25 años está en paro. Se trata de una cifra récord sólo igualada por Grecia, cuya tasa de desempleo juvenil es también del 57,6%.

En el conjunto de la Unión Europea, es del 22,2 % y las tasas más bajas de desempleo entre
la gente joven se registraron en Alemania (8,1%), Austria (9%) y Holanda (9,7%).

No sé lo que están haciendo en esos países o en el resto de Europa, me imagino o constato
que la crisis ha empobrecido a todos, o eso quiero creer. En cualquiera de los casos -y a losdatos me remito- al menos, parece que a los jóvenes no los han dejado tirado tal cual vulgar colilla. Aquí, en España, el dato produce algo más que escalofrío,produce pavor.

No soy capaz de entenderlo. Por momentos, me da la sensación, tal como si a quién le corresponda, hubiera tirado la toalla. Que emigren, hala que marchen, que se busquen la vida por ahí, así aliviarán la presión de las cifras, así hasta puede parecer que hemos hecho algo.

Por otra parte, incrementar la edad de jubilación significa simple y llanamente taponar la posibilidad de incorporarse a los escasos puestos de trabajo existentes. Por no hablar de lo incompresible que resulta explicarse cómo es posible que personas que han cruzado ya el umbral de los 60 años y por lógica biológica sus facultades van en declive y su nivel de riesgo a enfermar va en aumento, se les retire o disminuya distintos recursos de protección de la salud, a la vez que se les obligue a que mantengan a sus hijos, esos que engrosan las cifras antedichas.

De verdad, que me lo expliquen. Sé que vivimos tiempos de escasez, se que nos toca pagar los platos rotos que unos y otros destrozaron en sus fiestas. Se que nos toca hacer esfuerzos, pero sigo sin poder explicarme cómo los más ricos están consumiendo y permitiéndose más lujos que nunca (no es una expresión gratuita a las estadísticas de venta de coches de lujo me remito, entre otras) y las clases medias y los más pobres se han empobrecido (valga la redundancia) más allá de todo límite razonable.

lunes, 7 de enero de 2013

Enigmático desconocido.




Ese enigmático y taciturno compañero de camino, ese tahúr que se resiste a mostrarnos sus cartas . Ese intrigante al que Intuimos sus secretos propósitos, ese extraño amigo por el que brindamos sin apenas conocerle. Ese impronunciable verbo que conjugamos en imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto. Ese indescifrable número que a la vez que suma resta. Ese objeto de deseo que tememos más que lo ansiamos. Ese al que su vejez quiebra en presente, su pasado en muerte y en olvido. Ese frío e inescrutable ser al que los sanadores tienden puentes; los charlatanes, los brujos, los sacerdotes de mil cultos hacen negocio en su nombre; y los más simples mortales, trabajamos, labramos, construimos, negociamos inciertos hacia su encuentro.

No esperéis nada de él, ignoradlo. Vivid ajenos a sus cuentas y cabalas. Estrenad cada mañana vuestra mejor sonrisa, respirad fuerte como si fuera el primer aliento de recién nacido, Acariciad todo aquello que os rodea como si fuera la primera vez que lo percibid. Dejad que las lágrimas inunden vuestros ojos por sentimientos bien merecidos. Trabajad por vuestra pasión o por vuestra sustento nunca por vuestra redención. Amad hoy, no lo dejéis para mañana, el mañana tendrá otro afán y nuevas promesas. Soñad con los ojos abiertos, si percibes la realidad tienes posibilidad de cambiarla.

Si en efecto me refiero al futuro. Suele adoptar nombre de guarismo, hoy y durante 365 días se hace llamar 2013. Me niego a brindar por el. Prefiero hacerlo por ti y contigo. Sin misterios, sin sortilegios, Y si tengo que alzar mi copa, lo haría entonando la canción de Lluis Llach “Más lejos, siempre mucho más lejos del mañana que ya se acerca. Y cuando creáis que habéis llegado, sabed encontrar nuevas sendas”.

Merece una oportunidad.




La navidad es nostalgia, es añoranza, es recuperar de ese rincón perdido de la memoria, los buenos deseos y no me refiero a esos tales como: quitarse de fumar, adelgazar, hacer deporte, que puede que estén muy bien, sino los de calado: ser mejores personas, más honrados, honestos, sinceros, generosos, solidarios. Creo que siempre hay una oportunidad para todo y posiblemente, en el invierno profundo, en el recogimiento obligado del hogar, tras los cristales empañados es ese oportuno momento para la reflexión, recomponer nuestro ánimo y aspiraciones más elevadas, reconvenir y avenirse con nuestros mejores deseos, realizar ese viaje a lo nuclear, al centro mismo de nosotros mismos, a ese punto donde la fragilidad y la fortaleza conviven en extraña armonía, donde la melancolía y la esperanza comparten un mismo lenguaje, donde la pobreza parece sublimarse y el derroche se impone en hipocresía.

Me gusta la Navidad, pero no la Navidad ñoña, hipócrita menos aún ese esperpento resultante de la vorágine de los mercaderes. Tampoco me gusta la de los rituales vacíos, la de las tradiciones sin interiorizar, la que pretende menoscabar la inteligencia de las gentes, las celebraciones en el limbo. Me gusta la Navidad, sí, la de la tradición en la que crecí, la que compartí con mis mayores, la que ardo en deseos de compartir con mis hijos, con mi familia, la que forma parte de mis creencias y de mi fe, y aunque si así no fuere, habría que inventarla.  

Caritas y crisis


Sí, sé que me vas a decir que Cáritas es mucho más que eso. Lo sé, estuve algunos años al frente de las mismas en la ciudad de Jaén y sé de su sentido eclesial, al igual que si equivalente a justicia. Aunque, la percepción de muchos es que resucita Cáritas, que es tanto como decir vuelve la beneficencia. No sé si en tono peyorativo. Mira como yo lo veo: contamos, o contábamos con una especie de ejercito que había de enfrentarse a toda una pléyade de Jinetes de la Apocalipsis. El ejercito en cuestión, comandado por líderes políticos, económicos y también religiosos discurren en arduo debate de cómo afrontar la batalla de la crisis . Ellos, fuera del alcance del fuego enemigo, poseedores del avituallamiento y la intendencia, han ido dejando caer línea tras línea a las exiguas y hambrientas fuerzas del tercer sector, de la economía social y de todos aquellos pequeños emprendedores (más parecidos todos ellos a románticos guerrilleros). Mientras, el ejercito profesional: políticos, banqueros, patronal se pertrecha cobarde y bien alimentada. ¿Qué dónde esta Cáritas en esta batalla? Cáritas es el último reducto, su meritoria labor es intentar hacer sobrevivir a la indefensa población, Pero no da un paso adelante y quizá –tal vez complacida en hipócritas lisonjas, no hace aquello para lo que en realidad fuese destinada: LA DENUNCIA PROFÉTICA.