Está visto que nos pongamos como
nos pongamos, al final los funcionarios nos llevamos la “gañafá”, como diría mi
abuelo. Fuera de bromas, no creo que el Papa pretendiera ponernos a los
funcionarios tal como por lo visto es la última moda entre los gobernantes: a
parir y hacernos culpables de hasta la muerte de Viriato. Considero a este un
hombre serio y honesto, y cuando establece esa distinción es por que quiere
algo distinto a lo que quizá esté harto de ver. Aunque se me antoja peliagudo.
Por ejemplo, los funcionarios o servidores públicos, somos los que velan por el
cumplimiento exacto de las normas que otros promulgan, nuestra virtud está en
esa exacta observancia. No nos cabe interpretaciones ni alegrías varias, a los
pastores, por el contrario, creo que el Papa les exige arriesgar, improvisar,
entregar la vida por el rebaño y no estar pendiente de otros celos y otras
obediencias. Al pastor se le exige estar al frente, hacerse cargo de las
necesidades de aquellos seres que están a su custodia, a los funcionarios no
nos dejan saber de las necesidades de los administrados, dicen que hay que
recortar en salud, en educación y esa es la norma, esa es la directriz y no
tenemos otros márgenes para con nuestro trabajo. Cuando el Papa quiere
pastores, subvierte el orden jerárquico, os llama a la rebelión pacífica dentro
de la Iglesia ,
prioriza las necesidades del mundo, de la comunidad eclesial sobre las de la
jerarquía eclesial. ¡Tened cuidado con este Papa!
Al principio...
Vivimos, o así me parece, una época un tanto convulsa y necesitamos o mejor: necesito obligarme al ejercicio gimnástico, y no precisamente al estético sino al ético. Necesito hacer ejercicio de prudencia, de templaza, de fortaleza, de responsabilidad, de rigor, de entereza, aunque también de arrojo, de esfuerzo, de audancia, de ardor y de quién sabe cuantos otros "músculos" que pueda tener atrofiados. Este espacio, esta "quinta columna" tiene vocación de "banco gimnástico" y por más barbaridades que escupa o vomite, tibiezas por los que me deje llevar o lisonjas merecidas o inmerecidas regale, será mi cuerpo, será mi alma la que habrá de sufrir o gozar. ¿Religión, filosofía, salud mental? Que cada cual coja su "banco" o su cruz y participe con ilusión de la olimpiada de la vida.
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